miércoles, 23 de noviembre de 2016

Paciente amnésico



         Este hombre llevaba bastante tiempo en el hospital psiquiátrico. Había sido declarado demente tras un juicio sobre unos macabros asesinatos, de los cuales él era el principal sospechoso.
         —¿Cómo te encuentras hoy? —le pregunté mientras me sentaba.
         —No puedo quejarme —contestó con sarcasmo.
         Esbocé una sonrisa.
         —Me gustaría hacerte unas preguntas…
         —¿Por qué estás aquí? —me interrumpió.
         —Para ayudarte en tu recuperación —respondí amablemente. Esperaba que hoy no le diera uno de sus ataques de histeria. Ambos llevábamos vendas en los brazos del incidente de hace tres días.
         —Y, ¿si no quiero? —Se llevó las manos a la cabeza, cerca de su fea cicatriz—. Y, ¿si yo era una mala persona antes de llegar aquí?  ¿No cree que es mejor olvidar quién era y seguir adelante?
         —Es una idea interesante—señalé.
         —¿Sabe, mi querido doctor, que esta noche los he vuelto a ver?
         Guardé silencio. Quería que siguiera hablando. Desvié la mirada al espejo, tras el cual se grababa nuestra conversación.
         —Pero, esta vez fue distinto —continuó—. Antes se quedaban en un rincón, observándome. Anoche, se me acercaron. Qué espanto.
         Hizo una pausa. Tomó aire.
         —Pude ver sus rostros desfigurados, sus cuerpos mutilados, la sangre…
         —Veo que empiezas a recordar…
        —El horror que perpetramos —me interrumpió bruscamente, dirigiéndome una mirada de odio.
         —¿Qué? —pregunté sorprendido.
         —¡Oh, vamos! —exclamó—. ¿Por qué crees que nos hemos ocultado aquí durante todo este tiempo?
         —¿Hemos?
       —Mi querido doctor —respondió con una amplia sonrisa—, los muertos me… nos han devuelto la memoria. ¡Tú y yo somos uno!
Estupefacto, me llevé la temblorosa mano a la cabeza. Toqué la fea cicatriz mientras soltaba una carcajada al ver sólo mi reflejo en el espejo.

Nota: Con este texto participé en “II Concurso de relatos de terror del Centro Juvenil El Sitio de mi Recreo”. Lo publico aquí para que lo lea quien quiera.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Resultado final: Negativo



       La guerra había reducido a la población a casi un tercio. Aun así, las pocas ciudades que quedaban no podían albergar ni mantener a los supervivientes. Algunos se aventuraron a las “zonas prohibidas”, exponiéndose irremediablemente a la fatal contaminación y radiación.
La única solución factible era el éxodo planetario. Desgraciadamente, el planeta más próximo no era apto para la vida y terraformarlo duraría demasiado. Se rechazó esa idea, en primera instancia. Por lo tanto, el Consejo Supremo vio como alternativa el viaje interestelar. Aun conociendo la existencia de sistemas planetarios extrasolares, se desconocían muchos datos de ellos.
        No obstante, había un sistema a unos cinco años luz de distancia. Tenía una estrella similar a la suya y, si los cálculos nos les fallaban, había al menos ocho planetas de tamaño medio a grande, y otros planetas enanos. El Alto Comisionado Científico concluyó que había que mandar una sonda para investigar y, según los datos que les mandaran, enviar una expedición tripulada. Después, las dos o tres generaciones siguientes trabajarían y se sacrificarían por el futuro de su propia especie.

viernes, 12 de agosto de 2016

Retraso del mensaje

¿Lo entiendes? ¿Por qué motivo lo hacen así? ¿Tanto les costaba hacerlo en el momento oportuno? Puede que así sea. Mas, ¿cuál es la razón de que escriban lo que les hubiera gustado decir en ese instante clave? ¿Por qué no lo dicen directamente? ¿Acaso es más simple hablarle al vacío blanco del papel o a la brillante pantalla? ¿Es posible que reflexionen más las cosas cuando las escriben? O, ¿simplemente es que las han mantenido en sus mentes durante mucho tiempo y ahora deben ser liberadas? Se les han ido hacinando las ideas y las emociones. Querían expresarlo todo, mas fueron incapaces. Nimia es la razón de su pretérita ineptitud. Ya que, si a solas les dejas con una hoja de papel física o virtual, las palabras previamente guardadas serán plasmadas dándoles ahora ese sentido que buscaban. Por fin, los ríos de tinta fluirán cuando hagan el movimiento adecuado con las manos. Es ahí donde, en vez de con sus voces, será con sus manos mediante las cuales expresen su anhelos más profundos, aquello que no supieron decir en el momento adecuado. Sin embargo, ignoro el porqué de su tardanza en realizarlo. Supongo que será porque ese blanco vegetal o electrónico son buenos oyentes y no les discriminarán por lo que digan. No son más que testigos pasivos de los actos que las personas no tuvieron el valor de hacer anteriomente por temor al rechazo de sus semejantes. Aunque, al final, ese mensaje, que no se atrevían a manifestar, llegará al destinatario correspondiente, de una u otra forma. Por lo tanto, ¿por qué retrasarlo?


martes, 9 de agosto de 2016

Resultados concurso "Literatura a mil"

Actualización:
En el siguiente enlace podréis ver los resultados del concurso “Literatura a mil” patrocinados por Signo editores & Hablando con Letras:

http://www.hablandoconletras.es/signo-editores-patrocina-literatura-mil/signo-editores-patrocina-literatura-mil-ganadores/


Finalmente, mi texto quedó con un resultado final de 132 votos. Muchas gracias a los que me apoyaron y enhorabuena a los ganadores.

viernes, 17 de junio de 2016

Miedo a desobedecer



        El olor a tierra mojada impregna el aire. Mis botas están manchadas por el barro. Anoche llovió bastante. Todo parece ahora un lodazal.
        Los pequeños están mojados y sucios; aun así, juegan sin perder la sonrisa saltando de charco en charco.
         Veo a uno correr tras un balón andrajoso. Me recuerda a mi pequeño. Por un momento me pregunto, ¿y si fuera él quien estuviera al otro lado de la verja? No creo que mi hijo pudiera soportarlo. Ni yo tampoco. Mi familia tirada en calle, sufriendo por culpa de esta maldita guerra. Me recorre un escalofrío al imaginarme tal situación.
         Pobres chiquillos. Da tanta pena verles. Su infancia ha acabado demasiado pronto. Aunque parezcan felices, es sólo momentáneo. Pues pronto deberán abandonar de este campamento.
         Compruebo mi equipamiento. Parece que está todo en orden.
         No creo que sea lo más justo lo que mis compañeros y yo vamos a hacer. Sin embargo, no tenemos otra opción si queremos que haya un sueldo en nuestros hogares. No es nuestra culpa la situación de los refugiados; así que, nuestro país no puede hacer nada más por ellos, lo harán nuestros vecinos mucho mejor que nosotros. Es lo que nuestros gobernantes nos han dado a entender. Y no debemos contrariarles.
        Nos llaman por radio. Es la señal. Me ajusto el casco. Compruebo por última vez mi arma. Ahora, también el futuro de mi hijo está en juego. Si quiero que él tenga uno, debo obedecer las órdenes.



Nota: Este texto participa en La Primavera de Microrrelatos Indignados 2016 del blog La colina naranja.
Más información: http://lacolinanaranja.blogspot.com.es/2016/04/pmi-2016.html

lunes, 6 de junio de 2016

Un último vistazo

     —¡Mírate, maldito seas! —gritó enfurecido—. Contempla en este espejo en lo que te has convertido. ¡No! Ni se te ocurra agachar la cabeza ni mucho menos cerrar los ojos. ¿Sabes el sufrimiento que has provocado? Sí, lo sabes muy bien. Todo esto es por tu culpa. A esto hemos llegado. Ya no me queda nada. Pero eso va a cambiar. Te lo aseguro. No volverás a hacer daño a nadie más. Ella tenía razón. Si sólo la hubiera escuchado, esto no habría pasado. Sin embargo, la ignoré como un necio, ¡por ti! Ahora me arrepiento de ello, pero ya es tarde, mi viejo amigo. ¿Qué? ¿Ahora estás llorando? Pobre infeliz. Eso no te salvará. No pienso perdonarte. Aunque, lo que sí que haré, será poner fin a tu sufrimiento.
     Apuntó el cañón de la pistola hacia su sien. Echó un último vistazo a su propio reflejo en el espejo. Las lágrimas le recorrían las mejillas. Cerró los ojos.
     —Gracias —dijo sonriente antes de desplomarse en el suelo.





Nota: Con este texto participo en el concurso “Literatura a mil”, patrocinado por Signo Editores & Hablando con letras.
El microrrelato se encuentra disponible en la web del concurso para su votación. Para votar, tenéis que acceder al siguiente enlace:
A continuación, sólo tenéis que hacer clic en el corazón que hay al final del texto, sin necesidad de que os registréis. Podéis reenviar el enlace a quien queráis sin ningún problema. Muchas gracias por vuestra colaboración.

 

martes, 24 de mayo de 2016

¿Depende la felicidad de tu personalidad?

¿Eres de los que suelen ver más el vaso medio lleno antes que medio vacío? Si respondes afirmativamente a esa pregunta, eres seguramente una persona feliz por naturaleza. Pero, ¿crees que eso sería diferente si hubieras nacido en otro tipo de sociedad o tuvieras otro estilo de vida? Si es así, coincido con tu opinión. Ya que, tu personalidad se crea y desarrolla dependiendo de dónde hayas nacido, el ambiente que te rodee y otros factores externos.

martes, 19 de abril de 2016

Transformación en el frío


         Desperté entre espasmos, tiritando de frío. Me costó incorporarme. La cabeza me daba vueltas. Me encontraba rodeado de árboles, cubiertos de nieve. Me puse en pie y me sacudí bien para quitarme la nieve acumulada en mí. Tenía que regresar a casa antes de que anocheciera y me congelase.
         Los pies se iban hundiendo en la nieve mientras caminaba para salir cuanto antes de este bosque.
         Sentí un dolor súbito en las sienes, como si me atravesaran con un taladro. Se me nublaba la visión. Un pitido en los oídos me ensordeció. Caí de rodillas. Sentía pinchazos por todo el cuerpo. La mandíbula me dolía a horrores. Unos temblores me recorrieron todo el cuerpo. Exhalé un grito de dolor.

jueves, 31 de marzo de 2016

Despertar de la noche

            Oscuridad. Apenas veía nada a mi alrededor. Ignoraba dónde me encontraba.
            Oía el tañido de unas campanas en la lejanía.
           —Despierta, Samuel. No puedes seguir durmiendo— resonó una voz familiar.
            —¿Qué está pasando? —pregunté en voz alta. Estaba aterrado, no me podía mover.
            —Hazme caso, tienes que despertar antes de que veas la iglesia.
            —¿Qué iglesia? ¿Pero de qué estás hablando? —pregunté al ser invisible que me hablaba.
            —¡Despierta de una vez! —gritó la Voz.
            La oscuridad se desvaneció dejando paso a la luz, una luz que iluminaba todo pero que también me cegaba. Las campanas comenzaron a sonar tan fuerte que creí que me iban a estallar los tímpanos.
            Me tapé los oídos y cerré los ojos con fuerza.
            Tenía miedo.
            Se me escapó un grito. 

miércoles, 16 de marzo de 2016

Encerrado

         Abrí con cierto esfuerzo los ojos. Los párpados parecían que me pesaban. Lo único que vi fue un resplandor difuso. Capté algunos sonidos, ¿murmullos de una conversación lejana? Intenté levantarme, pero fracasé. Caí enseguida inconsciente.