domingo, 15 de enero de 2017

Nueva sociedad


Desperté sobresaltado. Me levanté de un salto de la cama. Fui a la ventana y corrí los cerrojos de los postigos para abrirla. La habitación quedó iluminada por la luz solar. Contemplé a las distantes montañas, que se elevaban por encima de las casas blancas y los tejados rojizos. Aún había algo de niebla en los bosques de las montañas.
Tomé una buena bocanada de aire fresco mientras me inclinaba sobre el alféizar. Ya se empezaban a oír los tambores, pronto pasaría por la calle principal el desfile de primavera. Me volví, en dirección a la puerta de la habitación.